jueves, 15 de marzo de 2012

LA VIDA EN EL CAMPO
VIDA EN EL CAMPO
La vida en el campo, es un estilo de vivir tradicional y rudimentario si se quiere, más relajado, apacible, saludable, en contacto con la naturaleza. Para los residentes de las zonas rurales, es la forma de vida, para los habitantes de la ciudad, representa la oportunidad de vacacionar, o una alternativa para escapar de los problemas y cambiar rutinas estresantes.
La vida en el campo y sus actividades, se relacionan íntegramente con éste. Los horarios se acomodan a las tareas y al clima, para lograr el mayor aprovechamiento de la luz solar.
El cuidado de los animales de granja, es una parte importante del trabajo de campo, generalmente está a cargo de los más jóvenes, como el pastoreo, el ordeñe y la alimentación.
Los cultivos en cambio, están a cargo de los mayores, dependen del ciclo de las estaciones y del clima, que regula el desarrollo de los cultivos y las labores de los agricultores, como la siembra y la cosecha.
El estilo de vida rural produce una cultura específica, adaptada a las condiciones de vida y a los medios disponibles. La vida apacible, el trabajo duro, la escasez de contactos humanos debido a las distancias, produce una población de gente amable, sin prisas, amiga de la conversación y las historias.
Los mitos y leyendas locales, enlazan las tradiciones con las nuevas generaciones.
La música y la danza constituyen expresiones culturales propias, y del espíritu de la comunidad. Las artesanías y manufacturas de los productos, emplean técnicas tradicionales que en general no han sido modificadas por los nuevos estilos productivos.
La vida en el campo y su cultura, produce al gaucho, inserto en las costumbres y la cultura, portavoz de la tradición, que cultiva y mantiene.
Pero a decir verdad, la vida en el campo no es tan bonita como todos pensamos, ya que la realidad es otra , pues la vida diaria en  este lugar es difícil para sus propios habitantes, pero lo es más para las personas que viven en la ciudad, ya que el trabajo en el campo es muy duro, pues la gente de es te lugar esta acostumbrada a levantarse muy temprano para realizar todas sus actividades cotidianas, como por ejemplo; ordeñar las vacas, llevar los animales al pastoreo, labrar las tierras, cultivarlas y cosecharlas, etc., pero sobre todo se exponen a altas temperaturas climáticas, que a diferencia de una persona que vive en la ciudad no soportaría, porque el ritmo de vida es muy diferente.

Por ello, existe una controversia entre la vida del campo y la ciudad, pues muchas personas tienen diferentes opiniones acerca de esto.
Ya que, la gente del campo se imagina  que la vida en la ciudad es muy hermosa y divertida, y es la vida que estas personas quisieran tener, en cambio las personas que viven en las grandes ciudades envidian la vida del campo, ya que estas desean la vida tranquila, relajada y estar en contacto con la naturaleza y lo que menos quieren es el ruido, la contaminación, las prisas, pero sobre todo el estrés. Aunque, la vida en ambos lugares es muy parecida, lo que lo hace diferente son las características y formas de vida de cada una.
Pues, tanto las pernas que viven en el campo y la ciudad se tienen que levantar muy temprano para ir a trabajar unos lo hacen trabajando la tierra y otras lo hacen en las grandes industrias, y ambos lo hacen para mantener a sus familias, padres, esposas, hijos, abuelos, etc., por eso se dice que la vida del campo es igual que la vida de la ciudad.
Lo cierto es que, tanto la ciudad como el campo tienen sus ventajas y desventajas. Pero es cuestión de cada quien, elegir el lugar donde se quiera vivir.





Cuando un campesino pierde la posibilidad de trabajar la tierra o pierde su empleo se desata un drama muy fuerte para él, para su familia y para todos los colombianos. Ese campesino pierde sus ingresos. En consecuencia, queda sin recursos para comprar el mercado semanal para él y su familia. Queda sin un peso para comprar una droga si un hijo se enferma. Sufre intensamente. Sufre su señora y sufren sus hijos.
Ahí no termina el problema. Ese campesino se ve obligado a deambular por el país y buscar alguna fuente de ingreso. En ocasiones llega a la ciudad a mendigar. En ocasiones cae en la tentación de sembrar coca. En ocasiones, y por unos pocos pesos, termina cediendo sus hijos al reclutamiento forzado de los grupos narcoterroristas. En cualquier caso, se agudiza la desigualdad social, aumenta la pobreza y se fortalece el terrorismo. Todos los colombianos perdemos.
                     
                           

COLOMBIA CAMPESINA
El hombre del campo colombiano posee en todas sus dimensiones la autenticidad de sus raíces. Sus hábitos y costumbres, sus fiestas y diversiones y la fuerza de su trabajo, son una herencia acumulada desde la época del mestizaje cuando en los siglos XVII y XVIII, la organización social del país, va configurando una sociedad agraria mientras por otro lado va empujando a los colonos en buscando nuevos territorios. La formación del campesino colombiano tiene una historia de la cual el hombre rural de hoy es su directo heredero. La autenticidad de sus tradiciones proviene de, mantener viva su cultura y los vínculos que lo atan a su trabajo y de mantener con firmeza su sistema de valores sociales y religiosos. El cultivador, el agricultor, el artesano, el pescador, el recolector de Norte a Sur, de Oriente a Occidente, ocupa el territorio patrio con su actividad incesante.
Desde las primeras luces que despuntan al alba hasta los últimos reflejos del atardecer, la vida del campesino no conoce otro horizonte que el de su labranza, su pequeña era, el corral o el atajo, que lo lleva al bosque o aquel que señala la ruta hacia el mercado. Así, lenta, paciente, humildemente, día tras día el campesino ha forjado un país rural que a decir verdad ha sido desplazado a medida que la nación se industrializa y sus ciudades nacen a un ritmo vertiginoso.
Este libro ha sido concebido como un homenaje al campesino Colombiano, como un reconocimiento al valor de su trabajo y al significado de sus tradiciones. Felizmente conservadas en esa rica reserva de nuestra nacionalidad que es el campo en nuestro país. Para analizarlo fue necesario trazar un recorrido por innumerables rutas y caminos, pues se trata tanto de la Costa Pacífica como de la Orinoquia, del Caribe y el Amazonas, el Valle y la región Andina el sur del país y los Llanos Orientales, en fin del territorio colombiano en su magnífica extensión y en su inagotable diversidad.


Unas vacaciones en el campo se convierten hoy en algo muy lúdico para cualquier familia. Casi todas las comodidades de las casas de las grandes urbes son accesibles en una casa rural. No solamente porque estén equipadas con los más modernos electrodomésticos y equipamientos.
En los primeros días de estancia en Nailey Cottages fuimos conscientes de que el servicio de entrega a domicilio de Sainsburys traía, en una gran furgoneta que apenas cabía por el estrecho camino de entrada, un pedido realizado a través de Internet, al que accediamos a través de una red wifi que daba cobertura a todas las casas de la granja. Al día siguiente dos empresas de catering se ofrecían para servirnos una magnífica cena en nuestra casa a un precio realmente módico.




LA DUREZA DE LA VIDA EN EL CAMPO
La vida en el campo incluso en nuestros días es dura, y sobretodo lo fue mucho más hace tan solo unas décadas. Una tormenta de granizo, una enfermedad del ganado, una helada a destiempo... te podían arruinar el trabajo de todo un año y dejarte prácticamente sin nada. E incluso, aunque hoy los seguros tratan de cubrir este tipos de riesgos, no siempre compensa asumir su coste.
Una de las actividades que es muy instructiva para los jovenzuelos es realizar actividades relacionadas con el quehacer de la granja o del campo. Y todavía lo es más si se cogen algunas herramientas tradicionales como una azada o un pico y se trata de cultivar una pequeña parcela de tierra.
Hoy la agricultura dispone de maquinaria moderna hasta para cultivar una parcela, pequeños tractores, riego por aspersión, riego por goteo, aportación de nutrientes para los cultivos informatizada, fumigación, etc. No se trata de eso. Hay que volver al pasado para instruir y tomar conciencia del esfuerzo del hombre en hacer productiva la tierra y ganar de ella nuestros alimentos.




CULTIVAR LA TIERRA
Lo instructivo es coger una azada y plantar unas zanahorias, patatas, remolachas, ajos, cebollas, judías y sacarlas adelante con riego tradicional, cuidarlas y recolectarlas finalmente. Eso es lo que hicieron los pequeños con Brian, su abuelo que, a unas cuantas millas de nuestra granja, posee el equivalente a una tahúlla de tierras municipales cedidas para cultivo personal de interesados residentes que lo soliciten.
Personalmente creo que ese contacto con la tierra es imprescindible para el hombre urbano. Es imposible reconocerse como especie si el hombre no mezcla su sudor con tierra seca y huele la tierra mojada sintiendo el barro en su piel. Una tarea pendiente para muchos adolescentes que tratan de identificarse con las tribus urbanas de piercings y tattoos.
La dureza de la vida en las áreas rurales también venía de terminada hace décadas o siglos (dependiendo de los países) por la conformación de las clases sociales que surgían de su relación con el acceso o no a la propiedad de la tierra. Esa faceta también intentamos transmitirla a los más jóvenes de la familia con algunas visitas a las impresionantes casas históricas británicas.


Vivir en el campo se ha convertido en un gran atractivo para una gran parte de la población urbana. Recuperar viejas tradiciones, reencontrarse con la naturaleza, vivir de forma más natural y menos artificial. Este blog dedicado al ámbito rural, estilo de vida, experiencias de vida en el campo, costumbres, disfrute de casas rurales, la defensa de una filosofía de vida natural y sencilla, oportunidades, inversiones...

   





















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